viernes, 8 de enero de 2010

Puede más la palabra

Esta puede ser la historia de personas que como yo, nos encanta conversar, charlar, intercambiar ideas, chatear...


Puede más la palabra

Agustin Días Pacheco*

Caminaron durante toda la tarde, hasta que cayo la Oscuridad.


Eran dos conversadores natos, nacidos para dialogar sin desmayo.

No faltó tema que no abordaran. De la historia pasaron a la filosofía, y de la política a la sociología. Así hasta que llegaron a entremezclar muchas disciplinas, pero como un puzzle bien ordenado por la razón y la coherencia de los temas tratados.

Continuaron andando, charlando sin límite. Ya se hacia de noche y

Comenzaron a andar por encima de un puente en construcción.

A veces se detenían, se miraban frente a frente y dialogaban con mayor fluidez y energía. Luego, la mano encima del hombro, el cigarrillo en los labios, y siempre el interrumpido intercambio de opiniones, acuerdos desacuerdos, también insólitas coincidencias. Otra vez volvían a detenerse para continuar dialogando.

Tanto caminaron, que uno de ellos comento:

Creo, creo que hemos ido más allá de la parte construida del puente, a lo que el otro objeto ¿Quieres decir que estamos en pleno vacío, y que crees que hemos hecho durante todo este tiempo de diálogo?¿Pero acaso hemos hablado de Newton; no verdad? Hablaremos de el cuando lleguemos al final. No te preocupes y sigue caminando.

Y así siguieron, hablando sin paréntesis, sin límites. Fuera de todo agotamiento.

Fumaban incesantemente, deteniéndose para hablar cara a cara. Después la mano en el hombro y vuelta a conversar.

Atrás quedo el puente, también el vacío. Mientras, los dos conversadores continuaron cambiando impresiones, hasta perderse en la distancia

*Escritor islas canarias España “Breves Atajos, cuentos y microcuentos”,2001

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